Rojo: La novia del asesino
- ¡Qué lindo! ¡Una sorpresa para
mí! - expresó Tamara. Su voz se oía tan tierna, mi piel se ponía de gallina al
imaginarla cerca. A pesar de estar hablando por teléfono, bastaba con cerrar
los ojos para poder sentirla a mi lado.
- Sí, te espero a las ocho en
punto, mi amor. Te morirás de la impresión, ya verás –contesté mientras
observaba de reojo a mi fiel compañero de batalles reales e imaginarias. Un
cuchillo de acero…un arma blanca cuyo pasado es sumamente sangriento.

La primera en mi
lista:
No puedo evitar recordar la
primera vez que asesiné a una mujer. No tiene punto de comparación. Si verlas
gritar de placer es excitante, de dolor, es mucho más erótico para mí… Bueno, a
esta víctima la conocí por el nombre de Estrella, era una prostituta. Dos veces
por semana iba a visitarla, me costaba bastante caro, pero valía la pena. Le
pedía que me llamara, mi amor, y que me besara. Lo hacía bastante creíble.
Tenía apenas dieciocho años cuando llegué a su vida.
Inmaduro e iluso, me enamoré de ella. De su buen sexo y de sus historias de
amores en olvido. Incluso una noche llegué a decirle que la amaba, que se
largara conmigo. A mi corta edad tenía un buen trabajo, era un prometedor
sicario con una exclusiva cartera de clientes. Muchas personas desean la muerte
de otras, y como es obvio, si para algo era bueno, era para acabar con
cucarachas despreciables que no merecían ni un mínimo porcentaje de piedad.
Pero lastimosamente Estrella se burló de mí, pensó que estaba bromeando, y de
forma hilarante, me dijo que jamás se fijaría en alguien como yo, un chiquillo
con trastornos mentales. Esa misma noche
le abrí el pecho y dejé en el sangriento orificio, una nota bastante sentida.
Amo mucho a mi madre. Anónimamente
siempre le envío miles de dólares para que tenga una buena vida. Pensé que nunca le haría daño a una mujer, que solo
asesinaría a infelices corruptos o malnacidos que la suerte le es esquiva en un
encargo de muerte, pero ya no será más así. Ha nacido en mí un apetito
sangriento por las mujeres. Una vez escuché que uno muere como lo que es. Estrella
murió brillando en un salpicón escarlata, es una explosión galáctica de sangre,
proveniente de su pecho.
Rojo
Las diez de la noche:

- Me encanta cuando te pones así
conmigo, cuando pierdes el control -dijo Tamara, con un tono entrecortado,
desnuda y observándome detenidamente, acariciando mi pecho mientras yo, fumaba
un cigarrillo.
Me siento intranquilo, inseguro y
algo nervioso. ¡Qué me pasa! Yo no soy así, debería estar estrangulándola, pero
solo pienso en besarla y hacerla mía. Estoy con la soga al cuello. Ella está
enamorada del personaje que he creado, no de mí, un desalmado asesino. Mientras
yo, no dejo se suspirar por su mirada.
- Créeme, no creo que te guste cuando pierdo el control. Me
vuelvo un asesino -contesté con una sonrisa en el rostro.
Tamara me sonrió de lado y me dio un dulce beso en los
labios.
El tiempo pasó y mi chica se quedó
dormida. Aproveché para salir a caminar un rato. A tomar un poco de aire y a
pensar con claridad. Después de una hora de divagar en mi inconsciente, llegué
a un acuerdo conmigo mismo. Ya no tiene caso negarlo más. Estoy enamorado como
un loco. Quiero a Tamara, me hace muy feliz estar a su lado, digamos que es la
terapia que nunca tuve. Pero, cómo confesarle que no soy un novel escritor, que
no me dedico a las comunicaciones y que soy Rojo, el asesino en serie más
buscado en todo el mundo. No creo que lo entienda. No puedo confiarle mi
secreto, sería muy peligroso. A pesar de que soy un sicario retirado, aún sigo
asesinando por placer, digamos que para mantenerme en forma. Pero
afortunadamente, tengo miles de contactos y no me será difícil falsificar todos
los documentos necesarios para vivir el resto de mis días como Richard Devoto.
Y quién sabe, quizá hasta me anime a escribir un libro de verdad.
Al regresar a mi departamento, di
con la sorpresa que la luz de mi habitación estaba encendida. Encontré a Tamara
vestida y con algunas de mis identificaciones en sus manos y con la mirada
negra, producto del llanto y del rímel corrido.
- ¿Quién mierda eres? -preguntó con temor, pero sin dejar de
mirarme fijamente, dejando caer al suelo las pruebas de mi falsa identidad.
Empecé a llorar con dolor, como si ese rocío que salía de
mis ojos, fueran gotas de sangre. Sabía lo que vendría después. No nos esperaba
un buen final. Esta noche sería roja.
- Nunca debiste revisar mis cosas. ¡No tenías derecho! Pensé
en empezar una vida distinta a tu lado, pero ahora ya no me queda más alternativa.
- Tienes razón, ya no nos queda más. ¡Me largo! -exclamó
alterada, dispuesta a partir.
Apenas pasó por mi lado, la tomé con fuerza de la muñeca y
la giré hacia mí.
- No te preocupes, mi amor. Solo
te dolerá un poco. Es mejor que no grites, de todos modos, nadie vendrá
ayudarte. Pero digamos que mientras no hagas bulla, te mataré rápido, pero si
aúllas como loca, no podré evitar desear más de ti, y te despellejaré hasta
sentirme satisfecho de tu carne.
Lamentablemente, Tamara gritó
hasta el último suspiro. Nunca había llorado mientras cometía un asesinato. Una
mezcla perfecta de tristeza y placer. Golpeé brutalmente a mi amada hasta
dejarla totalmente aturdida, casi sin reacción, y finalmente me dediqué a
despellejarla con mi afilado puñal. Su piel olía delicioso.
Antes de huir de la escena del crimen, desalojando el lugar
con todas mis pertenencias, dejé una nota en su cadáver. Un escrito que jamás
podré sacar de mi mente.
Nunca pensé que la nostalgia y la locura se podrían mezclar de forma tan
perfecta. Me enamoré perdidamente de esta mujer y hasta su último instante, le
dije que la amaba. A veces quisiera despertar una mañana y ser otra persona, un
doctor, un ingeniero, o un escritor. Sin embargo, al mirarme al espejo, siempre
doy con el mismo sujeto. Un asesino que no dejará de ser adicto a la muerte de
los demás. Perdóname, Tamara. Te mando un beso, mi amor.
Rojo
Me encanto, fue emocionante y nostalgico.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Me alegra que te haya gustado la historia. Un abrazo.
EliminarExcelente
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
EliminarExcelente
ResponderEliminarExcelente
ResponderEliminarWooww totalmente hermoso... Me erizo la piel y me commovio...
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
EliminarMe conmovio☹
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado la historia. Un abrazo.
EliminarOhhhhhhhhh interesante .. pero me gustó más tu forma de escribir y expresar sus sentimientos... Me encantó
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Esta semana subiremos una nueva historia. Un abrazo.
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